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Miercoles 04 de Diciembre de 2024
3 diciembre 2024 - 09:55
Un día como hoy, pero del 2001, se registró un hecho muy recordado en todo el país por una medida económica que tuvo impacto severo a nivel social.
Luego de varios años de recesión, junto con un crecimiento exponencial de la deuda externa y el desempleo, un 3 de diciembre de 2001, bajo el gobierno de Fernando de la Rúa, se impuso una medida económica para paliar la crisis de social de la época. Pese a la medida, varias personas mostraron su enojo y derivó en una crisis política severa.
1 de diciembre: cómo inició el «Corralito»
El entonces presidente Fernando de la Rúa, afrontaba un difícil contexto económico que dificultó el estilo de vida de la población argentina. Ante números en crecimiento con el desempleo, la deuda externa y la recesión, obligaron al mandatario a imponer fuertes restricciones sobre la extracción de dinero en todos los bancos y así evitar el retiro inmediato del dinero disponible, medida que fue conocida como el «Corralito».
Si bien se trató de una respuesta desesperada por solucionar el problema económico, en realidad terminó por empeorarlo ante el congelamiento de los depósitos de las personas. Como respuesta, masivas marchas, saqueos y la represión policial caracterízaron el estallido social del 2001, donde unas 39 personas murieron en este hecho.
Para el 20 de diciembre, de la Rúa terminó por renunciar a su cargo debido a la situación que se tornó incontrolable para el sector político, donde se sucedieron cuatro presidentes que pasaron en menos de una semana.
Qué cosas iniciaron esta medida económica
Fernando de la Rúa llegaba a la presidencia en 1999 con el 48,37% de los votos, lo que supuso el fin a 10 años de gobiernos peronistas bajo el mandato de Carlos Menem en Argentina.
Pero gobernar el país para el candidato de la Alianza no iba a ser algo fácil con un nivel de desempleo del 14,3% y una deuda externa que se ubicaba en unos US$ 150.000 millones. Como si fuera poco, tuvo que lidiar con la renuncia de su vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez.
Para el año 2001, sin poder dar respuesta a las crisis económicas que aquejaban al país y el encarecimiento del crédito, no tuvo más remedio que recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para contener la deuda externa, pero sólo empeoró la situación y la confianza de la población crecía cada vez más.
Mientras tanto, ante unos movimientos económicos desfavorables, el ciudadano común optó por retirar sus ahorros de los bancos por el miedo a una posible cesación de pagos de la deuda, o default.
Para entonces, el gobierno nacional anunció el decreto 1570/2001, el 1 de diciembre, preparado por el entonces Ministro de Economía, Domingo Cavallo, se anunció el «Corralito». Sus efectos pronto se notaron el lunes 3, cuando los bancos abrieron, pero con restricciones nuevas.
Una de las más significativas se dió en el artículo 2 del mismo decreto, donde los ahorristas sólo tendrían la posibilidad de retirar un máximo de 250 pesos (o dólares según la Ley de Convertibilidad) ya sea en cuentas abiertas en bancos u otras entidades, de la misma forma con los giros al extranjero.
El después: un estallido social
Una vez implementadas la medida bajo decreto presidencial, varios sectores de la sociedad argentina se unieron para mostrar su descontento por el contexto económico, incluido los sindicatos. Desde huelgas hasta saqueos a nivel nacional, se produjo un estallido social que tuvo su poco máximo durante el 19 de diciembre del 2001.
Ante las situaciones de violencia, el gobierno nacional no tuvo más opción que instaurar el estado de sitio en todo el país. Poco después, ya sin apoyo pollítico y son poder remediar la situación, Fernándo de la Rúa decidió renunciar a su cargo como presidente. Es ahí donde se origina una de las imágenes más recordadas, cuando el mandatario salió de Casa Rosada en helicóptero debido a la gran presencia de personas al exterior.
Reemplazarlo, el entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa fue elegido por el Congreso de la Nación Argentina para asumir el cargo de presidente, pero no duraría mucho en el cargo al igual que Eduardo Duhalde, Ramón Puerta y Eduardo Camaño.