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Viernes 27 de Diciembre de 2024
7 noviembre 2024 - 07:45
La política de aranceles a las importaciones del flamante presidente de EEUU tendrá implicancias en el mercado local. A su vez, empresarios piden por tener lo que “todos los países desarrollados tienen”: un plan industrial.
La victoria del próximo presidente norteamericano Donald Trump fue contundente y los mercados demuestran que el impacto es global. En el plano local, empresarios advierten por mayor ingreso de importaciones estadounidenses y reclaman por una política industrial similar a la que pretende el flamante mandatario.
“Ganó Trump! Presidente que busca reindustrializar, que ve a la energía como vector de desarrollo, que pelea con una visión nacionalista por el valor agregado y para que el trabajo vuelva a Estados Unidos”. El comentario proviene de Tomás Karagozian, CEO de TN Platex e hijo del reconocido empresario textil Teddy Karagozian.
La llegada del próximo presidente de Estados Unidos capta la atención del sector empresarial: las políticas industriales que garantiza aplicar sirven de referencia para el mercado interno, pero los empresarios temen que la desindustrialización siga su camino.
A su vez, la sobreoferta que podría verse desde China por la suba de importaciones marca una desafío para la industria local.
Durante la campaña, Trump compartió su propuesta económica en base a lo que realizó durante su primera y única presidencia: la suba de aranceles a productos importados que ingresen a EEUU.
Esta vez, se trata de una suba hasta el 20% a cada importación que ingrese a Estados Unidos, mientras que el porcentaje para las importaciones chinas ascendería al 60%.
Al mismo tiempo, advirtió que impulsará un arancel del 100% a los países que no utilicen al dólar estadounidense para comercializar con el exterior.
Según el informe de intercambio comercial del INDEC, en septiembre Argentina exportó a Estados Unidos u$s489 millones, mientras que importó u$s506 millones. Mantiene una balanza deficitaria por u$s -17 millones.
Los productos argentinos que más se exportan a EEUU son la carne bovina, porotos de soja, aceites crudos de petróleo, oro para uso no monetario, vinos no espumosos y carbonatos de litio, entre otros productos.
Proteccionismo trumpista y redirección china: cómo afecta el combo al mercado interno
Para Román Guajardo, presidente de la Unión Industrial Región Rosario, si bien es prematuro arrojar conclusiones, estima que las exportaciones argentinas “podrían resentirse frente a medidas proteccionistas” como la encabezada por Trump.
Al mismo tiempo, se pregunta cuál sería el destino de los productos chinos, que podría verse modificado en caso de recrudecer los cargos a las exportaciones del país asiático.
En esa misma línea, Oliver Maltz, secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA) joven, advierte que su temor pasa por la suba de aranceles a las importaciones de China y que la sobre oferta de productos “tengan que rifarse a otros países y quedar regalados, afectando a la industria argentina”.
Hasta el momento, ninguna entidad hizo referencia al triunfo del próximo mandatario estadounidense, excepto la Fundación Protejer.
En un informe de significativo pronunciamiento, la entidad presidida por Luciano Galfione asegura que la sociedad estadounidense “eligió al candidato que apoyó vehementemente un nuevo proceso histórico de reindustrialización en USA y, por tanto, la conservación y expansión de sus puestos de trabajo”.
El comunicado sigue con una preocupante comparación con el mercado interno local: “Mientras que Trump augura un período de oro para EEUU, Argentina demora la implementación de las reformas estructurales de primera, segunda y tercera generación, imprescindibles para ganar competitividad en un contexto de facilitación de las importaciones y apreciación cambiaria”.
Las claves para aumentar la competitividad de Argentina
¿Por qué Argentina es poco competitiva? Un empresario de la provincia de Buenos Aires, que prefiere mantener el anonimato, anota algunas aproximaciones.
“El problema no pasa por la falta de tecnología, más bien por los costos de los insumos básicos difundidos. La industria del juicio y el miedo a tomar personal también pesa, al tiempo que debería promoverse la entrada de materia prima para fabricación y equilibrar la cancha con los grandes formadores de precios”, explica a este medio.
A su vez, considera que la estructura impositiva debería estar segmentada para las pymes, con un tipo de “monotasa productiva” y excluir el impuesto por ingresos brutos a nivel provincial, así como la tasa de inspección de seguridad e higiene por tratarse de tributos “distorsivos”.
”Van cambiando los gobiernos y nos la pasamos sorteando dificultades. No poder importar bienes de capital por falta de dólares, permisos para cualquier cosa, apertura indiscriminada…vamos de un péndulo a otro”, concluye la fuente empresarial.
“Todos los países lo tienen”: empresarios reclaman por un plan industrial nacional.
En la misma línea Sergio Echebarrena, empresario del sector energético exportador, advierte por las consecuencias de no tener una política industrialista desarrollada: “El proteccionismo estadounidense, combinado con la apertura comercial argentina y la guerra comercial con China, promoverá mayores importaciones a nuestro país”.
Por el contrario, no considera que las exportaciones hacia Estados Unidos se vean particularmente afectadas: “en general, la parte competitiva de nuestra industria es pequeña y de nicho, que permite mayor rentabilidad”, explica Echebarrena.
Tal como explica el empresario, la política trumpista de promoción industrial no es novedosa. “Los países desarrollados son todos industriales”, indican también desde Protejer.
Al mismo tiempo, Guajardo asegura que la bandera global se levanta “en defensa de la producción y el trabajo de calidad”.
Sin embargo, la cuestión puntual de Estados Unidos tiene que ver con que las empresas occidentales comenzaron a utilizar a China en el siglo XX como polo fabril de gran escala y bajo costo, pero el gigante asiático decidió contrarrestar la estrategia con fuertes políticas de desarrollo industrial, fomentando su propia industria nacional.
AsÍ, China pasó de fabricar el 6% de las manufacturas a nivel mundial en el año 2000 a proyectar el 50% para el año 2030, según Naciones Unidas. “Esto viene repercutiendo en EEUU y explica en parte la emergencia de Trump: la pérdida de puestos de trabajo en la industria por esa política del ‘outsourcing’ que se les vino en contra”, concluyó Echebarrena.