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Miercoles 30 de Abril de 2025
5 marzo 2018 - 11:00
En Mar del Plata, cayó desde el balcón de su departamento del piso 11
Alberto Orlando Olmedo nació el 24 de agosto de 1933 en la ciudad de Rosario y vivió durante toda su infancia y adolescencia junto a su madre, Matilde Olmedo, en la calle Tucumán 2765 del barrio Pichincha. A los seis años, además de concurrir a la Escuela Nº 78, Juan F. Seguí, trabajó en la verdulería y carnicería de José Beccacece, en la calle Salta 3111.
En 1947, por intermedio de Salvador Chita Naón, se integra a la claque del teatro La Comedia. Al año siguiente, con su amigo Osvaldo Martínez, se incorpora al Primer Conjunto de Gimnasia Plástica en el Club Atlético Newell’s Old Boys de Rosario. Por esa época también participa en una agrupación artística vocacional que funciona en el Centro Asturiano: La Troupe Juvenil Asturiana. En 1951, como parte de los números de La Troupe, forma (junto a Antonio Ruiz Viñas) el dúo Toño-Olmedo. Ya profesionales, la pareja actúa en varios espectáculos, entre ellos Gitanerías, dirigido por Juanito Belmonte. Para fin de 1954 decide viajar a Buenos Aires para probar suerte.
Su vasta carrera artística comenzó como técnico de Canal 7, hasta que en una cena de fin de año del 55, Olmedo hizo una presentación ante sus compañeros que deslumbró al interventor de la emisora, Julio Bringuer Ayala, de allí no paró más. Comenzó con papeles secundarios mientras continuaba como técnico en Canal 7 hasta llegar a las filmaciones inolvidables en dupla con Jorge Porcel.
Durante el verano de 1988 en Mar del Plata, estrenó la obra Éramos tan pobres y filmó, junto a Jorge Porcel, la película Atracción peculiar, que se estrenó el 3 de marzo. Sin embargo, Olmedo nunca llegó a verla ya que dos días después, en la mañana del 5 de marzo, luego de una noche de muchos excesos junto a su pareja Nancy Herrera, cayó desde el balcón de su departamento del piso 11 del edificio Maral 39, y falleció en el acto. Aunque se tejieron diversas hipótesis alrededor de esta tragedia, la única presente en ese momento fue su pareja, que en más de una oportunidad declaró que fue sólo un accidente, aunque otros dicen que se suicidó.
No obstante, la principal hipótesis[cita requerida] sobre su muerte fue que estaba drogado y algo ebrio, y que, jugando bajo los efectos del alcohol o la droga, se subió peligrosamente sobre la baranda del balcón y al perder el equilibrio cayó hacia el lado de afuera. Fue rápidamente sostenido por Nancy Herrera, pero ella no pudo sostenerlo mucho tiempo ni mucho menos subirlo para salvarlo, por lo que cayó al vacío, y aún ya caído a la calle sostenía una bolsita de polietileno rosado que supuestamente contenía la droga que había consumido, bolsita que aparece en alguna fotografía policial y que luego fue retirada.
Curiosamente, en algunas escenas de las películas de Olmedo se ve al actor en algún balcón, como en Los caballeros de la cama redonda (1973), Departamento compartido (1980), Los reyes del sablazo (1984), Galería del terror (1987) y también en una de las escenas de Atracción peculiar (1988), Olmedo y Porcel, caminan por la cornisa de un edificio marplatense (el Hotel Provincial) y ambos muestran su miedo de caer al vacío.
Su madre, Matilde de Olmedo, al momento de la muerte de su hijo se encontraba visitando a su hija en la provincia de La Rioja. El 6 de marzo de 1988, luego de enterarse de la noticia del deceso de Alberto, viajó en un taxi abandonando las instalaciones del aeroparque Metropolitano, lugar donde sufrió un ataque cardíaco a los 79 años de edad. Inmediatamente, fue trasladada a la guardia del Hospital Municipal Fernández, donde finalmente murió.
Luego de la muerte de Olmedo, Jorge Porcel, su compañero por excelencia en el cine, protagonizó sólo una única película más en la Argentina (llamada El profesor punk y estrenada apenas 4 meses después de la tragedia, en julio de 1988). Este film muestra una actuación de su protagonista más comedida y sobria que la usual (aunque siempre cómica), y al final tiene una noble dedicatoria a su compañero y amigo, con la imagen de la última escena que compartieron, en Atracción peculiar. Muchos de sus allegados atribuyen el repentino y radical cambio en la vida de Porcel (quien se radicó finalmente en Miami y se convirtió al evangelismo) a que éste quedó profundamente conmovido y marcado por la tragedia de su amigo.