Porque nada queda oculto
Jueves 28 de Noviembre de 2024
27 noviembre 2024 - 05:43
Un 27 de noviembre fue creada la “Dirección de Educación de Adultos” con el fin de revalorizar la importancia de la educación de jóvenes y adultos para una mejor inserción en la comunidad.
La educación de adultos es el tipo de educación orientada a adultos, institucionalmente, a quienes completaron o abandonaron la educación formal. Se fundamenta en un criterio aplicable a otros terrenos educativos: el de la formación permanente y continuada, a través de la cual cualquier persona se inserta en un proceso de aprendizaje y reciclaje de los conocimientos a lo largo de su vida.
A nivel internacional el fomento de la educación de adultos se promovió tras el fin de Segunda Guerra Mundial con el impulso dado por la UNESCO y desde finales de la década de los años 1970 se incorporó a las premisas del Estado de Bienestar. Uno de sus objetivos, en general era ser un tipo de educación compensatoria, reingresar a los adultos al sistema educativo. Para la década de los setenta, da un giro, sobre todo en América Latina, al considerar la tendencia de la Educación popular, de la cual se esperaba ser una arma de lucha para los más desfavorecidos.
Día en Argentina
El 27 de noviembre de 1973, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, fue creada la “Dirección de Educación de Adultos” por el Decreto N° 4626/73 y dependiente de la Subsecretaría de Educación.
Esta decisión de política educativa implicó alcanzar la autonomía y el consecuente funcionamiento de Escuelas y Centros de Educación de Adultos (CEA), con independencia de las Escuelas Primarias.
En contraposición, durante la última dictadura cívico militar, este dispositivo inclusivo fue gravemente atacado con: desapariciones, destierros y cesantías de Maestros, Alumnos, referentes institucionales y comunitarios; cierre de servicios educativos, anulación de propuestas metodológicas en el campo pedagógico-didáctico específicas para esta Educación, basadas en los postulados de la pedagogía emancipadora; prohibición del desarrollo de clases a partir de propuestas grupales de trabajo; instalación impuesta del aprendizaje basado en la enseñanza individualizada; desamparo gremial, congelamiento político-cultural de todas las potencialidades articuladoras y hacedoras de experiencias de cambio social; exclusión de vastos sectores sociales de los beneficios educativos a partir de la no apertura de Escuelas y centros aún cuando la necesidad estaba presente; prohibición de publicaciones de textos académicos y líneas de investigación aplicada; establecimiento de planteles de conducción de la Educación de Adultos (Inspectores de Área y Jefes de Región) que no provenían de esta Modalidad y cuyo único propósito era controlar, cesar e invisibilizar a los actores y escenarios donde se llevaban a cabo los procesos educativos.
Con mayor justicia y atento a las demandas sociales y culturales y luego de sucesivos cambios que se sucedieron tras los Gobiernos democráticos, denominamos a la Educación de Adultos como:
Educación permanente de jóvenes y adultos de los sectores populares, que traen consigo saberes y conocimientos propios de la cultura de nuestro pueblo.
Porque concebimos a la Educación como un Derecho Social ineludible por parte del Estado, porque estamos convencidos de que en cada ámbito educativo, sea la Escuela, el barrio, la comunidad y el ámbito virtual es donde debe organizarse nuestro Pueblo y donde hay que desarrollar esta Educación permanente, a través del diálogo crítico, la práctica y la reflexión enriquecedora de esa práctica para transformar la realidad.