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La mudanza: capítulo IV de la saga de corrupción policial.

11 enero 2024 - 22:07

Cepeda juntó sus cosas del Comando de Patrullas de la Policía de Seguridad de San Nicolás, se desconoce si se muda o si se fue definitivamente

Imagen ilustrativa.

Destellos y consecuencias del capítulo anterior muestran que el tema del combustible sigue dando que hablar. A todo lo detallado en la III parte de la saga de corrupción policial hay que sumarle que existen varios móviles fuera de funcionamiento que siguen cobrando por un combustible que obviamente no usan.

En el día de ayer, luego de que se detallara la maniobra para robar el combustible de los patrulleros, los móviles del Comando de Patrullas comenzaron a recibir una carga total diaria de 32 litros y un refuerzo nocturno de 5 litros. De la nada se hizo el milagro y la carga se duplicó, antes, en 24 horas de patrullaje les hacían hacer QTH fijos (es decir estar detenidos en un solo lugar) ya que les manifestaban a los uniformados que cuidaran el combustible porque no había.

La mudanza.

En la jerga policial se dice que “te hicieron la mudanza” cuando en un allanamiento se llevaron más de lo que correspondía, es decir que, a algún efectivo “se le pegaron” algunos bienes que no estaban relacionados a la causa judicial que motivó el cateo. El 2 de noviembre de 2023 los policías Ibarra y Allendes allanaron una vivienda de Av. Alberdi al 1500 y en una causa judicial que está en etapa de investigación consta el siguiente dialogo:

Allanado: “me allanaron el otro día, gente de Buenos Aires, fui investigado. Reconozco muchas cosas pero los policías me robaron ropa, zapatillas, equipo de mate, perfumes, dinero en efectivo, dólares, aritos de oro de mi hermana, entre otras cosas. Y cada día que pasa voy descubriendo más cosas” y continúa el damnificado: “porque me robaron mis cosas, los vecinos me dijeron que cargaron mi moto y dos bolsas de consorcio a la caja del patrullero; se tiene que ver en las cámaras que se llevan cosas de mi casa”.

En el expediente que investiga la conducta de los policías mencionados se habla de un video de la madre del sujeto al que le allanaron. La mujer estaba grabando el procedimiento policial mientras su hijo estaba esposado y arrodillado en el suelo; en esa situación uno de los agentes le golpea el celular para que no siguiera filmando.

X -Tenés que hacer la denuncia.

Allanado -Si yo denuncio después van a querer vengarse.

Este ultimo dialogo también consta en el expediente que está en manos de la justicia.

Otro caso tiene como protagonista a una persona diferente que manifiesta haberse visto perjudicada por las acciones espurias de los efectivos mencionados durante la saga de corrupción policial.

Hace poco tiempo se acercó a la Comisaría Tercera una persona apodada “el Gato”, quien tras entrevistarse con el inspector Fretes manifestó que iba a retirar un automóvil de su propiedad con oficio judicial en mano, el cual estaba secuestrado en esa dependencia. “El Gato” le consultó a Fretes cómo tenía que hacer una denuncia contra efectivos que allanaron su casa ya que durante la diligencia le habían sustraído un cuchillo de oro y plata, como así también unos lentes de sol muy costosos, sindicando como autor al oficial principal Allendes, quien fue sorprendido por “El Gato” en su domicilio mientras realizaba esta acción delictiva, produciéndose el siguiente dialogo:

 -Allendes: ¿son tuyos estos lentes?

-El Gato: Sí

– Allendes: bueno no me importa, ahora son míos (mientras se ponía los lentes y se guardaba el cuchillo en un bolsillo).

Sabiendo esto, el oficial Fretes lo invitó a radicar la denuncia en la fiscalía local y “El Gato” le respondió que lo pensaría.

Estos dos ejemplos citados Prensa Libre SN son una muestra de cómo Ibarra y Allendes se manejan en los allanamientos. Si bien es sabido que la mayoría de las veces los cateos se llevan a cabo en viviendas donde residen personas sindicadas de cometer algún delito, esto no implica que para combatir las faltas al Código Penal se deba perpetrar lo mismo que se quiere evitar. Y no caben los 100 años de perdón…

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mily